Según los datos de la Organización Mundial de la Salud -OMS-, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, por delante del cáncer, y en muchos casos se pueden prevenir. La principal tarea de médico especialista en Riesgo Vascular es, por tanto, controlar y tratar todos los factores de riesgo que llevan al desarrollo de la arteriosclerosis o enfermedad vascular.

Para ello, el internista programa una valoración integral de estos factores o situaciones (hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, carga genética, hábitos, sobrepeso) e investiga la situación cardiovascular que tiene la persona, y su riesgo de desarrollar enfermedad en forma de eventos isquémicos, como el infarto cardiaco o el ictus cerebral.

Así, por un lado indicará analíticas exhaustivas que informan sobre el estado de control de la hipertensión, la diabetes, el colesterol y otros marcadores de riesgo, y por otro realizará técnicas exploratorias como la ecografía -que nos permite conocer la “edad vascular” de la persona-, o el holter de 24 horas de tensión arterial. Debe ser un trabajo coordinado con otros especialistas (Cardiólogos, Neurólogos, Nefrólogos) que completarán el estudio con otras técnicas complementarias como la ecocardiografía o el doppler carotídeo.

Las personas con un riesgo vascular alto suelen ser pacientes complejos por tener diferentes factores de riesgo simultáneos, y además, porque con frecuencia han sufrido ya una complicación grave, como un infarto cardiaco, un ictus cerebral, una insuficiencia renal o una arritmia; son lo que denominamos pacientes pluripatológicos, en los que la visión global e integrada que de ellos hace el internista es crucial.